
Se refiere a la escritura donde no hay dialogo, sólo un monólogo de una persona consigo misma, en general en voz alta y sola.
El soliloquio permite un acercamiento a la intimidad de las personas de una forma que otros estilos literarios no permiten.
En este texto, el autor se concentra en lo que pudieron ser los pensamientos de quienes tuvieron la posibilidad de interactuar con uno de los hechos más portentosos de la historia: La resurrección de Cristo.
Son pensamientos imaginarios, pero que no deben estar muy lejos de lo que realmente ocurrió, tal como se evidencia en el relato bíblica. Una forma distinta y fresca de acercarse al texto bíblico, siempre lleno de sugerencias y sutilezas que enriquecen la comprensión del lector.